Ricardo Triviño Sánchez
¿Qué querrá decirme? A lo mejor agradecerme que la trajera con el coche el mes pasado, cuando su novio la dejó tirada en la carretera. Incluso puede que haya dejado a ese imbécil. Tal vez se sienta sola. Entonces, quedaremos, y puede que llegué a conocerme de verdad y acabemos estando juntos. Seguro que le ha encantado la carta que le he dejado en el buzón. Vendrá conmigo. No sería extraño después del beso que me dio en la fiesta de la semana pasada. Con lengua. Iba borrachísima y sin ese cromañón. Los borrachos no mienten: fue deseo y a él lo odia. Recuerdo que cuando nos conocimos por primera vez me dijo que cuando bebía se ponía de lo más cariñosa, y no paraba de abrazar y besar a todo el mundo. Espero que no fuera así con nuestro beso. Puede que se haya dado cuenta de mis sentimientos y es probable que quedemos para ir al estreno de la última de Peter Jackson. Ese tío es un genio, no como su novio. Es probable que no lo hayan dejado... Cuando me telefoneó tampoco parecía la típica chica deprimida después de una ruptura de las películas. Bastante seca, en realidad, nada cariñosa. Tal vez recuerde lo que pasó cuando fui a recogerla. Fue un error, sólo debería haberla llevado a su casa. Hace media hora que espero. ¿Por qué tarda tanto? Va a darme largas y no la volveré a ver. Voy a ser un triste solitario, otro pajero más. Nunca consigo a la chica. Ahí viene. Y ahí está él. Qué horror, qué es esto. ¿Él? Hola. ¿Cómo? ¿La carta? ¿No te ha gustado? No, no es eso. Yo no acoso a nadie. Lo del coche fue un desliz sin importancia. ¿Cómo que lo pasaste por alto? ¿Que luego además me volví a aprovechar en aquella fiesta porque ibas bebida? Me besaste tú, no yo. ¿Que la carta es la gota que colma el vaso? No, por Dios, era un corazón. ¿Cómo puedes pensar eso, estás enferma? No me salió demasiado bien pero entiende que es difícil. ¿Qué asquerosidad ni qué...? ¿Mi sangre te da asco, te doy asco yo? No me toques, musculitos. Lo siento, no quería decir eso, pero no te acerques. No, toda para ti, te lo juro, no me importa. Esto no es como tenía que haber sido. Siempre os quedáis con el motorista sin cerebro. No, no, lo retiro. Perdona. Déjame, lo he retirado. Sí, sí, yo soy el mierdas en esta historia. Un friki. Lo siento. Te repito que lo retiro. Por favor. En la cara no.


1 comentario:
Originalmente, publicada en el blog de Esquince, en relación con el tema de la Frustración.
http://esquince.blogspot.com/search/label/Frustraci%C3%B3n
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